estabas
siempre concentrada,
ojos en
la diana
escopeta
en la mano
siguiendo
las pistas
identificando
las huellas
persiguiendo
el rastro
memorizando
el olor de la presa
practicando
el golpe
siempre
estuve solo estando contigo
huérfano
y sin amigos
escondido
en un hoyo
subido
a los troncos de los árboles
durmiendo
en el barro
comiendo
gusanos y liquen
mirando
la ciudad apagarse
a lo
lejos
cada
noche
hubo momentos
en los que casi lo conseguí,
escaparme,
librarme
del aliento podrido de la orquídea
me
revolvía como un gato
mordía
saltaba
corría
pero la
sentencia estaba firmada
era
carne descompuesta ya, bajo las hojas
tu
tomabas notas y cambiabas la careta
suspirabas
tierna
y dulce
cálida
como un soplo de pétalos
suave y
caliente
susurrabas
de nuevo palabras de amor inmenso
infinito
canciones
que guiaban mi barco hacia las rocas
colchones
de plumas
espuma de
mar
y te
desnudabas poco a poco para cubrirme de sudor
de
saliva
de
placer y gemidos
hasta
llorar en mi pecho
fundirte
desconsolada
y
rogarme que no parara
jamás
la
trampa era yo
era un
muerto viviente
y lo
sabía
cuando
el suelo quedaba tapado por la nieve
y el
hambre se metía en los huesos
oprimiendo
la tráquea
atravesando
los pulmones
y la
comida era escasa
la
esperanza era hielo
y la
desesperación, punzadas en las tripas
entonces,
también lo sabía
te
empeñaste a fondo en convencerme de que estabas ahí
de que
pasara lo que pasara
ibas a
estar ahí
de que
me amabas con locura
lo repetías
cada día, cada hora
“no me
dejes nunca, por favor, nunca”
como un
mantra tuberculoso
aunque
yo ya no tuviera fuerzas
pero
nunca estabas cuando hacías falta
y aún
tiemblo mientras escribo estas líneas
bombardeabas
muestras de amor como quien acuchilla un suelo
o alisa
una pared
o como
quien cierra un poco más el nudo en la garganta
bombas sucias
bombas racimo
napalm
en la mañana
ácido
en la bebida
sacrificios
para tu culto
hubo momentos
en los que casi salgo ileso
breves
días de claridad beatífica como una puesta de sol
y
epifanías primaverales de fe inmortal
días de
alabastro en los que veía a través de ti
de tu
personaje y de los muros de la cárcel
pero
todo se nublaba en tus palabras-serpiente
en las
promesas y llantos
en los
perdones y ruegos…
y en mi
cabeza
para el
teatro nunca tuviste mucho talento,
pero para
la farsa,
eres la
mejor
casi lo
logro
casi
pero
era un hombre muerto andando
amor
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