Estoy sentado en la mesa
en este día de acción de gracias
americano, familiar y cálido
haciendo que mi boca se mueva para hablar de las pinturas en las cavernas
las figuras del diablo en las iglesias de la Edad Media
y la idea de dios,
del impulso básico del arte
tan necesario para el hombre como cazar o perpetuarse
miro el vino rojo en mi copa
el pavo a medio despedazar en la cocina
las rodajas de carne roja y marrón en mi plato
la salsa dulce color burdeos
el cuchillo en mi mano
y lo único que me parece real,
lo único que puedo ver
en realidad,
es la apertura
en el vestido de seda blanco
que llega casi hasta la cadera,
el lunar
la carne pálida
y mis dientes clavados.