martes, 27 de mayo de 2008

ARRÁSTRATE POR EL POLVO AMIGO

Hoy me he vuelto a levantar con este sabor amargo en la boca. Es el tercer día que despierto así. Algo se me ha debido de morir dentro. Si fuera cínico diría que el amor propio. Si fuera cursi que el alma. Si me las diera de filósofo barato, las ganas de vivir. No soy ninguna de esas cosas. Tampoco guapo, alto, ni rico. Ni joven. Tengo la boca como si una especie de dentista de barro me hubiera estado hurgando en ella toda la noche. Es una mezcla de medicina, bilis y caramelos Sweety. Probablemente será la ginebra. O el pimiento de la cena. O las piezas de Ornette Coleman que estas noches me empeño en escuchar que no logro digerir correctamente y se quedan como ácido en la garganta. Como si llevarán pimiento. Fatal para mi úlcera. “Forerunner”, “Lonely Woman”, “Rambling down”.

Es el tercer día. Voy dando vueltas, triturando ideas como una peonza, el cráneo me arde. No encuentro la clave. No encuentro dónde se fue todo. No se por qué todo aquello vuelve tanto tiempo después para llenarme la cama de cuchillas de afeitar. Al fin y al cabo yo no esperaba nada más. Sólo sentarme, beberme mis cervezas y esperar a que alguien viniese a darme el par de tiros que la mayor parte de la gente dice que me merezco. Creo que no se equivocan, de cualquier manera.

sábado, 3 de mayo de 2008

lovesick / 16 ways to say I love you

thelonius está muerto.
chinaski también.

pienso en ambos y en los desnudos de lucien freud
con los pies metidos en una piscina
tan azul que parece una pastilla de viagra

“no, si a mi no me hace falta… pero nunca está de más llevar una en el bolsillo de la camisa”, dice.

el cielo está roto y amarillo como unos huevos fritos industriales

el agua de cloro parece más cielo que el propio cielo

hay una lagartija verde turquesa en la barandilla

siento algo parecido a la calma
por primera vez en mucho tiempo
en un lugar indeterminado cerca del pecho

el Dolor se ha ido
me deja respirar
por primera vez en 7 días

sigue ahí, no soy tan ingenuo
pero parece mecido
adormilado
y prometo que no le di medicación

entonces aparece ella con el cesto de la ropa en una mano
su pelo rubio rizado recogido
su camisa blanca y sus diminutos pantalones vaqueros
camina rápido con una botella de cerveza en la otra mano

su novio la sigue unos pasos más atrás
hablando por el móvil

me mira mientra pasa
me sonríe
un mechón cae sobre su cuello
la miro por entre los barrotes
sonrío de vuelta

pienso en lo bien que se debe dormir al lado
de una mujer así

miro al cielo roto

y el Dolor me rasga
la cabeza desde atrás