para marta p.
este es el último del año
no va a haber más
se acabó
el último de un año de pasillos vacíos
huesos como esponjas
pulmones inflados
desesperación
y algo de lujuria
un año podrido
en conserva
rezumando
un año en la cloaca
al borde del abismo
con un pie fuera,
maniobra heinrich,
sangre en las pistas,
escapes,
nyc,
boca a boca
***
un año solo en la carretera,
portugal,
bajo la lluvia grandiosa,
correr entre las flores amarillas
y carretes de 35 mm caducados
un año de enfermedad,
frustración,
parálisis,
y salvavidas,
ángeles que te visitan y no sabes qué hacer,
unas manos que podrían sostenerte el tiempo suficiente,
estás seguro,
pero estás tan fuera…
un año de coches destartalados,
bañeras en pelotas,
holocausto,
y echarte de menos
la alucinación de un delirio tremendo
12 meses
de fe estúpida,
y de darse cuenta,
y de giocometti,
y la tinta negra bajo la piel
extendiéndose poco a poco,
y jack frost
y danny lyon, morrison hotel, friedlander
un año abrazado a un ordenador portátil,
y a pesadillas que vuelven,
y a secretarias en juzgados con mármol marrón en las paredes
piedra que refleja tu cara
justo en el peor momento
cuando intentas agarrar la mano a alguien en una habitación vacía
***
un año
de furgonetas y calor pegajoso
violento
compulsivo
lumbago, piercings, china
kansas city, winter haven
pescadores que vuelven con la barca llena,
apestando a tripas de mañana,
gasolineras vacías,
paradas de metro kilométricas en la noche americana
un año de apretar los dientes,
de lanzar palabras con el bolígrafo,
de diáfanos estudios en Brooklyn,
cerveza fría, hierba, viejo punk, vinilos en el village
un año,
micah p, tumbas para extraños, cocodrilos
primal scream, ukrania y marta…
y tu noche en la gran vía cuando ya no pude más
esa noche que,
sin querer,
sin tener yo mismo ni idea,
me salvaste
y alguien ,
no se aun muy bien quien,
pasó a mi lado durante 20 minutos,
entre las sirenas de los bancos,
giró su cabeza hacia mi
y no me vio
***
un año detrás de un visor,
saltando de rama en rama,
andando solo por la calle,
conciertos en el mercury,
graffitis en el andén,
y tirar la mala suerte desde el tejado de un edificio junto a las orillas del río
y quedarme con ella,
con la buena suerte,
y la condesa a punto de romper a llorar junto a mi
en ese jodido suelo plateado,
bajo la luna,
hasta los huevos del viento,
pelados de frío,
allá arriba,
sin querer movernos
un año tratando de escribir cosas como estas que
tienes entre las manos ahora,
pensando en qué coño pensarías tu ahora,
cuando lo leyeras,
y la fiesta no ha estado mal,
ya me tomé mis píldoras azul y rosa,
el champagne y los cristales rotos
***
un año. este año.
de lanzarse en plancha y romperse los dientes
de pequeños libros azules,
parís,
berlín,
y tanta distancia,
y esa bailarina vapuleada
que llora,
demasiado,
y se miente,
demasiado,
y se agacha
y oculta su cara
hebuterne,
uñas
sexo en el sofá
como un grito, una calada
***
un año
si
5:00 am
1 de enero
2011
y una niña preciosa
se me abraza al cuello
en la escurridiza oscuridad del pantano de extrarradio,
por muy capital del mundo que sea,
y me pregunta: “where do you come from?” “you truly light up the skies”
“thanks for bringing me here” “i love you”
y no sabes de qué va todo eso…
mientras la miras, apoyado en la puerta
desnuda,
y su cuerpo parece un pequeño algodón de azúcar,
y piensas que, aunque sea ahora mismo,
sólo ahora mismo,
eres un jodido hombre afortunado
por que, además tiene unas milagrosas pastillas que te ayudan a dormir,
con la nariz metida en su tierna tierna carne,
***
un año,
este,
de faldas indigo,
pendientes de perlas,
manitús,
y demasiada gente tomando demasiados medicamentos
un año de susurros
parásitos
y llamadas a larga distancia
un año. este.
comiendo galletas de la suerte
como un yonki
corriendo en jones beach
besando vicodina
un año de amigos que caen
de musas que caen
de sueños que caen
de bancos que caen
de vendedores de humo
de los idiotas que lo compran
***
un año de cámaras viejas
de risas compulsivas
de entrar en calor
de vudú y mañanas soleadas en myrtle avenue
con tu camisa y la americana desabrochada
y la corbata en el bolsillo derecho
y las almendras en el bolsillo izquierdo
y pelando un plátano a dentelladas y
los zapatos sucios,
y el puente de williamsburg levantándose como un dinosaurio
un año como una camisa de fuerza
que se despide
hoy
con un beso dulce y
un mordisco en el labio inferior
hijo de puta
justo como a mi me gusta