sábado, 4 de abril de 2020

BUFÓN

nunca   estuviste   a   mi   lado

estabas siempre concentrada,
ojos en la diana
escopeta en la mano

siguiendo las pistas
identificando las huellas
persiguiendo el rastro
memorizando el olor de la presa
practicando el golpe

siempre estuve solo estando contigo
huérfano y sin amigos
escondido en un hoyo
subido a los troncos de los árboles
durmiendo en el barro
comiendo gusanos y liquen
mirando la ciudad apagarse
a lo lejos
cada noche

hubo momentos en los que casi lo conseguí,
escaparme,
librarme del aliento podrido de la orquídea
me revolvía como un gato
mordía
saltaba
corría

pero la sentencia estaba firmada
era carne descompuesta ya, bajo las hojas

tu tomabas notas y cambiabas la careta

suspirabas
tierna y dulce
cálida como un soplo de pétalos
suave y caliente
susurrabas de nuevo palabras de amor inmenso
infinito
canciones que guiaban mi barco hacia las rocas
colchones de plumas
espuma de mar
y te desnudabas poco a poco para cubrirme de sudor
de saliva
de placer y gemidos
hasta llorar en mi pecho
fundirte
desconsolada
y rogarme que no parara
jamás

la trampa era yo

era un muerto viviente

y lo sabía

cuando el suelo quedaba tapado por la nieve
y el hambre se metía en los huesos
oprimiendo la tráquea
atravesando los pulmones
y la comida era escasa
la esperanza era hielo
y la desesperación, punzadas en las tripas

entonces, también lo sabía

te empeñaste a fondo en convencerme de que estabas ahí
de que pasara lo que pasara
ibas a estar ahí
de que me amabas con locura
lo repetías cada día, cada hora
“no me dejes nunca, por favor, nunca”
como un mantra tuberculoso
aunque yo ya no tuviera fuerzas

pero nunca estabas cuando hacías falta
y aún tiemblo mientras escribo estas líneas

bombardeabas muestras de amor como quien acuchilla un suelo
o alisa una pared
o como quien cierra un poco más el nudo en la garganta

bombas sucias
bombas racimo
napalm en la mañana
ácido en la bebida
sacrificios para tu culto

hubo momentos en los que casi salgo ileso
breves días de claridad beatífica como una puesta de sol
y epifanías primaverales de fe inmortal
días de alabastro en los que veía a través de ti
de tu personaje y de los muros de la cárcel

pero todo se nublaba en tus palabras-serpiente
en las promesas y llantos
en los perdones y ruegos…
y en mi cabeza

para el teatro nunca tuviste mucho talento,
pero para la farsa,
eres la mejor

casi lo logro
casi

pero era un hombre muerto andando

amor

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