miércoles, 13 de febrero de 2008

"Poetry" by Charles Bukowski

it
takes
a lot of
desperation
dissatisfaction
and
disillusion
to
write
a
few
good
poems.
it's not
for
everybody
either to
write
it
or even to
read
it.

lunes, 4 de febrero de 2008

dog shelter


por qué dueles tanto?


no se dónde vienes

ni cuándo

pero puedo sentir cómo te acercas

como si me dieras tiempo para preparme

para temerte…

por qué vienes a por mi?

por qué me golpeas así en la base del cráneo y me

dejas inservible

como un boxeador noqueado

un yonki

como un zombi

balanceándome sobre los pies como un pelele

trato de buscar las causas diligentemente

como un detective de mi mismo

no ir demasiado lejos

no excitarme demasiado

no ponerme nervioso

hacer ejercicio

comer bien

no pensar demasiado

pero no hay manera

estás ahí y vienes a por mi poco a poco

porque sabes que no iré a ningún lado,

que te esperaré

y me iré contigo a la cama sintiéndome débil

gimiendo de dolor

y preguntándome por qué yo

contigo

y mi día se convierte en un homenaje a ti

a tu alrededor

en tu honor

pienso en ti y

te imagino dentro de mi,

arañando mi cabeza con tus dedos de espino como nervios

tus manos como ladrillos aplastándome

pienso en ti

y en mi

en la forma en la que estamos juntos

en que vivimos pegados el uno al otro

sin remedio

yo temiéndote

rezando para que no vengas

cuidando hasta el detalle más pequeño

tu crujiendo detrás de mi en cuanto quieres

cerrándome los ojos

aplastándome las sienes con fuerza

hasta que pierdo la visión

y siento las náuseas en mi garganta

como si tuviera rotas las costillas

tranquila

no te apresures

no iré a ningún lado

por que no tengo a nadie más a quien esperar aquí

jueves, 24 de enero de 2008

Concierto for piano and Orchestra Nº 2 in C minor, op. 18

Son las 22:09 de la noche de un domingo en Gainesville


Me levante temprano, fui a la biblioteca

sudé a modo en mi viaje a bicicleta por la maldita humedad y el maldito sol

copié unas películas

comí un sándwich de pavo

hablé con la familia

me quejé en voz baja por el aire acondicionado

volví a casa

fue feliz por unos minutos, no demasiados,

lo pude sentir

ese calor típico

ligeramente


Llovió muchísimo sólo durante un rato

lo vi por la ventana

con las ventanas abiertas

luego paró, volví a casa

y me escapé a ver el reflejo de las farolas en los charcos

ahora llevó aquí metido unas seis horas seguidas


sin moverme


no se si ha vuelto a llover o no,

hace tiempo que cerré las persianas,

hablé con ella a control remoto durante, quizá, demasiado tiempo

no es que la cosa acabara muy bien…

hice algo de pasta con tomate para cenar,

consulté los resultados del fútbol,

trabajé en mis cínicos papeles insulsos,

me pregunté durante unos segundos qué coño hago aquí

y en cómo a veces los giros de la suerte se vuelven en tu contra;

como acertar la quiniela el día que aciertan 200 más

o pasar la noche con la mujer de tus sueños sabiendo que no la volverás a ver.


Son las 22:22 de un domingo en Gainesville,

el aire acondicionado hace demasiado ruido

escucho a Lambchop mientras mastico un puro a medias,

apagado, que me ayuda a combatir la ansiedad

Escribir este poema me ha tomado veinte minutos,

a ti te tomará mucho menos leerlo, seguramente.

Supongo que me alegraría si me dices que te gustó…

yo, ahora, me doy cuenta de que no he hablado directamente con un ser humano en todo el maldito el día.

miércoles, 16 de enero de 2008

Lopiccolo

Todos los poemas que se escriben

dicen algo.


Unos son por que quieres estar con alguien

otros por que te sientes tan solo como un poste de la luz en medio de una helada

otros por que te pica en determinado sitio

Unos son por que no encuentras tu lugar en el mundo

o por que piensas que en el mundo no tiene un lugar para ti

otros son como perros que se huelen el culo a otros

todos tienen algo

un grito de socorro,

una oda egocéntrica,

melancolía,

cursilería,

desesperación a raudales…


Esta noche en este pantano semivacío “Elvis busca a su gemelo perdido”

se oyen las chicharras pitar

me escuece la herida de la pierna

tengo las manos resecas

y echo tanto de menos el olor de tu pelo que me parece oírte reír


yo aún no encontré el por qué

de todo esto

domingo, 30 de diciembre de 2007

Hurricane meat

Estoy sentado en la mesa

en este día de acción de gracias

americano, familiar y cálido

haciendo que mi boca se mueva para hablar de las pinturas en las cavernas

las figuras del diablo en las iglesias de la Edad Media

y la idea de dios,

del impulso básico del arte

tan necesario para el hombre como cazar o perpetuarse

miro el vino rojo en mi copa

el pavo a medio despedazar en la cocina

las rodajas de carne roja y marrón en mi plato

la salsa dulce color burdeos

el cuchillo en mi mano

y lo único que me parece real,

lo único que puedo ver

en realidad,

es la apertura

en el vestido de seda blanco

que llega casi hasta la cadera,

el lunar

la carne pálida

y mis dientes clavados.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Fly like a butterfly, sting like a bee

Llueve tan fuerte que no puedo oír la música de mis altavoces.

Es como si cayeran cientos de piedras sobre el techo de madera de la habitación.

Toda el agua recogida por el tejado cae por delante de mi ventana
como una cascada amazónica; con fuerza, golpeando el suelo y el césped de jardín, la superficie rojiza del arroyo, los escalones grisáceos.

Puedo verla reflejar la luz del flexo encendido a pesar de la oscuridad.

Lo apago, quito la música, me sumerjo en el ruido, en la corriente que me pasa por encima al otro lado de las vigas y las planchas de madera y casi noto como me cae en las manos, en la nuca, en los pies con ese espeso y esponjoso olor a hierba, a plantas a cientos de árboles con sus perfiles afilados recortados sobre este cielo iluminado de luna llena tropical.


Para.


Sólo queda la lenta cascada sobre la hierba, el motor de mi ordenador susurrando. Nada más.
Todos esperamos.


Vuelve. Esta vez más fuerte sobre el drive-thru de la esquina, sobre el mercado latino, sobre los mosquitos, los caimanes, el arcaico Whataburger, la fuente sin chorro, las enormes 4x4, sobre los aún más grandes pick up trucks, sobre las niñas rubias ultramaquilladas a la puerta de la discoteca, los negros haciendo cola para entrar en su club, los carteles de las fraternidades, los tejados puntiagudos y austeros de las iglesias protestantes, la estrella de David azul, el campo de golf, las parabólicas, los lagartos, sin descanso, sin tomarse un respiro lo sacude todo a oleadas, como una cortina que apenas deja ver las caras de los otros iluminadas por los relámpagos, las cajas de los aires acondicionados, las hojas relucientes.

No puedo oír casi nada por el zumbido, ni siquiera mi voz.

Cierro los ojos y me dejo mecer por el sonido, ahora más fuerte, ahora menos.

No puedo dormir.

Esta vez no para en toda la noche.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Hawaiian Village Blues

Esta noche trato de estrujarme el cráneo
intentando sacarle un poco de jugo a esta descolorida materia grisácea
para escribir algo que merezca la pena
que te guste leer
algo sincero
directo
divertido
que quieras volver a leer.
Algo que te haga cerrar los ojos al acabar
que se te quede nadando en la parte del cerebro tras los ojos
y en esa que a veces me da cosquilleos sobre las orejas

Lo intento,
pero creo que hoy no es el día
así que lo diré sin más,
te echo de menos,
siempre hay algo que no anda bien del todo,
ojalá estuvieras aquí,
al carajo el resto.